Contemplar belleza, imprescindible en el proceso educativo

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medio ambiente, ecología, naturaleza

La belleza siempre ha sido un bálsamo en tiempos de incertidumbre. En los meses de adversidad que atravesamos se ha hecho patente el “protagonismo inesperado” de las artes plásticas, la literatura, la música o la poesía. Ha sido común la necesidad de “proyectar la angustia hacia aquellas cosas bellas, que nos permiten recuperar cierta serenidad ante una realidad que se ha vuelto hostil”.

Este es el punto de partida de las reflexiones de la vicerrectora de Estudiantes y Calidad y profesora de los grados de Educación de la Universitat Abat Oliba CEU, Maria Teresa Signes, en el capítulo ‘El poder de la belleza en tiempos de pandemia’, incluido dentro del libro Pandemia y resiliencia: aportaciones académicas en tiempos de crisis (EUNSA).

Según señala esta especialista en Educación, el hecho de que se haya buscado refugio en el arte revela un rasgo genuinamente humano. La mirada estética acerca a la persona a una sensación de plenitud. El ser humano es la única criatura “capaz de sentir disfrute y placer con la contemplación de la belleza”, expone Signes. Por este motivo, siendo “una disposición del espíritu humano, sería lógico pensar que debería ser educada, tal y como lo son otras tendencias y habilidades propias del ser humano”.

Educar la dimensión estética

La transcendencia educativa de lo bello radica “en esa posibilidad que nos da de penetrar en lo que es más profundamente humano”. Esto es algo, añade Signes, que “forma parte de los elementos que mediante la educación podemos desarrollar”. Hablamos de una educación “no tanto en contenidos, sino centrada en la afectividad, las emociones, los sentimientos y la contemplación de la belleza”. En definitiva, se trata de “educar la mirada para poder apreciar más allá de lo aparente”.

La dimensión estética por la que Signes aboga como propósito educativo consiste en la “capacidad de juicio racional que puede desarrollarse en base al contacto con la sensibilidad, con la naturaleza, con la obra de arte en sí, adquiriendo con ello una dimensión de plenitud en el desarrollo integral de la persona”.

Y es que “la educación de la dimensión estética comporta una revisión de todas las dimensiones de la persona”. Todo ello se concretaría en una propuesta que no consiste en unos contenidos o un método definido, sino en una “pedagogía de las cosas pequeñas que pasan en ocasiones desapercibidas porque forman parte de nuestra simplicidad y, sin embargo, son la base de construcción de nuestros más altos proyectos de desarrollo personal”.

Búsqueda de sentido

Subyace en este discurso la búsqueda de sentido, al que el contacto con la belleza contribuye de forma sustantiva. Destaca la autora que, cuando se piensa en la noción del sentido de la vida, hay una mirada que alude “al modo en que cada uno de nosotros vivimos la vida, desde una realización puramente personal, en la que la cotidianidad llenaría de contenido y sentido las vidas de tantas y tantas personas anónimas”

La virtud de proyectar la mirada educativa hacia la belleza y, a través de ella, a la dimensión estética se acentúa en los tiempos presentes, en los que “es difícil producir un auténtico encuentro no ya entre las personas, sino del hombre consigo mismo”, argumenta Signes. En este contexto, “se pone de manifiesto la necesidad de generar actividades que permitan hacer surgir la naturaleza más profunda del hombre”. En esta tarea, “aspectos como la creatividad y la imaginación se vinculan, a través de la educación, con principios en sí mismos trascendentales como la belleza”.

En este punto, la autora afirma que “definir qué es lo bello como concepto que nace de la interacción de la persona consigo misma y con el entorno debe entenderse como un elemento más del proceso educativo”.

El libro Pandemia y resiliencia: aportaciones académicas en tiempos de crisis (EUNSA) ha sido publicado bajo el impulso del grupo de investigación Educación, Familia y Escuela Inclusiva (TRIVIUM) de la Universitat Abat Oliba CEU.

Image Credits: Ecoembes