¿Cómo retener a los jóvenes en la formación profesional?

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Jóvenes y FP

Demasiados jóvenes abandonan los estudios (incluida la formación profesional) demasiado pronto. Sin embargo, estos jóvenes se enfrentan a un mayor riesgo de desempleo de larga duración, pobreza y delincuencia, y suponen un coste para la economía europea del 1,25 % del PIB. ¿Es posible detener esta tendencia?

La formación profesional ofrece una gama de campos muy amplia y suele atraer a estudiantes que prefieren el aprendizaje no académico. Por estas razones, puede ayudar a reintegrar en la educación a los jóvenes que la habían abandonado. Sin embargo, esta misma variedad y un mayor grado de inclusión de la formación profesional (FP) – la cual, a diferencia de la educación general, incluye programas abiertos a los estudiantes de bajo rendimiento – también aumenta las probabilidades de fracaso escolar. Por lo tanto, es probable que las comparaciones entre los alumnos (en gran medida homogéneos) de la educación general y los alumnos (muy heterogéneos) de las ramas de la formación profesional sean engañosas.

¿Por qué los jóvenes abandonan la FP prematuramente?

No hay una única razón. Los jóvenes pueden comenzar un programa y decidir abandonarlo cuando se dan cuenta de que no era la elección correcta, porque el tipo o nivel del programa o el trabajo no se adapta a ellos, o por otras razones. En esa fase, necesitan orientación que les ayude a decidir su siguiente paso. Sin una buena orientación, los abandonos tempranos también pueden estar provocados por obstáculos temporales.

¿Qué medidas están tomando los países?

El Cedefop ha concluido que no se dispone de suficiente información para saber si las medidas de los países para retener a sus estudiantes de educación y formación profesional están teniendo éxito. Algunos países, como los Países Bajos, registran a los alumnos y los siguen estrechamente; pero la mayoría no recogen tales datos.

Varios países han creado programas puente que incluyen las habilidades para la gestión de la carrera como una de sus principales características. Estas, a menudo, ofrecen a los jóvenes la oportunidad de adquirir o actualizar competencias clave. Junto con la formación de las habilidades básicas, las prácticas en empresas, las tutorías y la orientación, los programas puente constituyen «paquetes» destinados a reducir el abandono temprano. También pueden proporcionar un enlace entre el aprendizaje formal e informal (validación). Además, pueden evaluar las habilidades de los estudiantes en el comienzo del programa en sí y validar el aprendizaje formal o informal.

Para ayudar a los jóvenes a elegir opciones de educación, formación y trayectorias profesionales adecuadas, los países han empezado a integrar programas consistentes en breves períodos de prácticas laborales no remuneradas (work-tasters) y capacidades de gestión profesional en los planes de estudio de la enseñanza obligatoria y han reforzado las actividades de carácter orientativo. En la mayoría de países también se potencia la orientación, las tutorías y el apoyo multiprofesional (equipos de docentes, consejeros, psicólogos, trabajadores sociales, etc.) en el marco de la formación profesional.

Participación activa de las empresas

Una forma de conseguir que la FP sea atractiva para los jóvenes es asegurar que los estudiantes tengan una perspectiva de trabajo. Por esta razón, muchos países ofrecen a los empleadores incentivos financieros, para que ofrezcan plazas de formación. Estos incentivos pueden incluir subvenciones para cubrir los salarios de los aprendices, parte de sus cuotas a la seguridad social e incentivos fiscales, o una combinación de estas medidas.

Los responsables políticos también pueden fomentar las asociaciones entre las escuelas de formación profesional y las empresas. Las autoridades locales y regionales deberían seguir de cerca tanto las medidas financieras como las asociaciones para garantizar su eficacia. Todas esas medidas deben ser fáciles de aplicar, ya que los empleadores indican que la burocracia es un desincentivo mayor que el factor económico a la hora de impartir la formación.

Los profesores de formación profesional y los formadores de aprendizaje también necesitan estructuras de apoyo que les permitan trabajar eficazmente con los jóvenes que requieren asistencia individual.