El futuro educativo pasa por deslocalizar espacios y potenciar competencias

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Potenciar las competencias en detrimento de los conocimientos; apostar por un modelo híbrido, con un equilibrio entre la practicidad a la vez que el desarrollo cognitivo del grupo presencial o la deslocalización, esto es, donde el aula pierde identidad y se transforma en otros conceptos como la calle, el museo o la empresa.

Estas son algunas conclusiones del estudio “Strategic Trends: El futuro de la educación y el trabajo. Horizonte 2021-2030”, elaborado y liderado por la directora de la consultora Nethunting, Gema Requena y publicado por EAE Business School.

De él, también se desprende que entre las tendencias que van a marcar la educación y el trabajo en los próximos años está la actualización continua, es decir, cobra mucho valor la figura del mentor y los métodos modulares y apilables.

“La educación ha sufrido un proceso de desmaterialización y deslocalización acelerado y nace una dialéctica constante entre lo online y lo offline. En 2020, la educación ha sufrido más que cambios una aceleración, influido especialmente por todo el entorno digital que trabajaba el diseño de los modelos de futuro”, explica Gema Requena, colaboradora de EAE Business School y directora de la consultora Nethunting.

Desarrollo de una realidad phygital

En el estudio, se pone de relieve el desarrollo de una realidad phygital, utilizando aplicaciones que faciliten las experiencias virtuales en línea, asociándose con proveedores de tecnología para recrear ocasiones físicas y presenciales que se hacen en remoto y en el entorno hogar. El dispositivo móvil se erige como el punto o medio de acceso a la educación por encima del ordenador. “Con el aprendizaje móvil a la accesibilidad se le suma la movilidad”, señala Requena.

Otra de las tendencias es “el modelo Marketplace”, como ya lo hizo el sector retail, donde el negocio está tanto en el grupo de “propiedades” que distribuyo en muchas plataformas como la plataforma que acumula muchas “propiedades” compartidas.

Teletrabajo y oficina en remoto

El estudio apunta que ha cambiado nuestro estilo de vida, el entorno donde trabajamos y la forma de relacionarnos con otras personas (jefes, compañeros, colaboradores). Todos nos hacemos algo “nomads digitales”, los aprendizajes de estos ya son una ventaja competitiva y un punto de partida. Tenemos que adaptar nuestro entorno, el rediseño de las oficinas en casa o plantearnos teletrabajar desde otras ciudades (ciudades zoom).

La gestión del tiempo es uno de los puntos que genera “mayores problemas de salud mental” entre los trabajadores. En este sentido, el estudio señala la necesidad de adaptar nuestra gestión del tiempo, establecer nuevos modelos de relación con los otros y la necesidad de aprender a manejar las herramientas tecnológicas.

Uno de los retos de este nuevo modelo es rediseñar el desarrollo de habilidades para el liderazgo en remoto y el trabajo en remoto; formación de personal capaz de poder gestionar el bienestar de los trabajadores, el control de la productividad, que es una cuestión “compleja” al entrar en conflicto con la privacidad; la gestión en remoto, que requiere de aplicaciones, habilidades humanas y transparencia.

“La vigilancia mediante herramientas digitales crece en la calle, pero también en los entornos laborales, especialmente bajo este contexto de teletrabajo. Un aspecto peligroso aún sin regular que irá vinculado a los marcos éticos y legales que algunas tecnologías y sus desarrollos van a llevar a cabo en los próximos años”, explica Requena.

Las herramientas del cambio son las mismas personas y para ello es preciso el pensamiento crítico, análisis, destrezas en la autogestión, aprendizaje activo, resiliencia, tolerancia al estrés y flexibilidad. “Invertir en mentalidad flexible a través de adquirir mucho conocimiento continuado y diverso, habilidades y espíritu crítico.

Humanidades digitales, el propósito y los emprendedores Zebra

El estudio apunta que el futuro profesional está en los perfiles mixtos en humanidades y tecnología. “Crece la visión más humanista que vehicula el desarrollo de las aplicaciones tecnológicas y la innovación del presente y futuro. Sociedad y legislación están demandando una respuesta a la deshumanización de la tecnología y requiere formar y/o complementar los perfiles con esas disciplinas para trabajar con las personas en el centro, no la tecnología, para ser más inclusivos y para sumar al desarrollo sostenible”, sostiene Requena.

Crecen el número de iniciativas educativas entorno al impacto positivo, social y medioambiental. En este sentido, se prevé un ascenso de “los profesionales del clima y desarrollo sostenible”.

Por otro lado, el COVID-19 ha dado la oportunidad a las empresas de reconstruir para mejor, desarrollar conexiones emocionales con sus consumidores y apoyar a la población más vulnerable, tal y como desvela el estudio. Los consumidores esperan que las marcas sigan actuando con un propósito más allá de la pandemia y que medidas de protección como la mayor flexibilidad en el lugar de trabajo, se conviertan en la nueva normalidad.

El gran salto ha sido tomar consciencia de que las empresas NO son personas, las empresas están compuestas por personas. Ahora se trata de poner en valor los valores y el propósito de estas. Por tanto, los líderes con propósito han de formarse desde lo personal, no desde lo estándar. En este contexto, “los emprendedores zebra” se erigen como una consecuencia, ya que “start ups con un propósito social”.

Pro-competencia y la miopía estratégica

Tomando como ejemplo la acción colaborativa de la vacuna, la trends hunter y catalizadora de información, Requena señala “la acción colaborativa y el trabajo por el bien común como una de las grandes tendencias”. “Se debe preparar a las personas para ser competitivas en un marco de trabajo colaborativo más profundo y no solo a nivel de pequeñas estructuras o startups, sino a nivel de grandes compañías. Aprendizajes y experiencia de trabajo en equipo multi e interdisciplinar son y serán una necesidad”, explica.

Por último, el estudio indica que “a la fe ciega en el dato se le ha sumado el aislamiento y trabajar encerrados, que para los profesionales es un gran riesgo en la toma de decisiones”. Para evitar la llamada “miopía estratégica” es importante centrarnos menos alrededor del data y / o utilizarla solo como una fuente más que necesita ser enriquecido”, detalla Requena. Sumando además otros perfiles y herramientas que están más vinculados a habilidades y capacidades humanas, como la iniciativa “Diálogos de Futuro”, una de estas herramientas cualitativas (creada por Nethunting) y con la que ha contado como parte metodológica para este último informe.

Image Credits: Nguyen Khanh Ly on Unsplash