Ayuda en Acción reclama ‘escuelas resilientes’

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Ayuda en Acción apuesta por la promoción de escuelas resilientes. Estos centros deben ser capaces de garantizar los derechos fundamentales de la infancia y adolescencia en contextos de crisis. Y es que el pasado 20 de noviembre se cumplieron 31 años desde que se aprobó la Convención sobre los Derechos del Niño. Este compromiso internacional supuso un hito histórico. Por primera vez los niños, niñas y adolescentes eran reconocidos como sujetos de derecho. Sin embargo, la pandemia está suponiendo una prueba de fuego para medir su fortaleza. Asimismo, ha provocado un grave hándicap para que la infancia y adolescencia acceda a sus derechos más fundamentales, como es la educación de calidad.

Precisamente el acceso a la educación inclusiva es el derecho que más impacto ha sufrido por la pandemia. Según la UNESCO, el cierre parcial o total de los centros educativos ha afectado a más de 1.500 millones de niños, niñas y adolescentes. La mitad de ellos no disponía de un ordenador en sus hogares y el 43% carece de conexión a Internet.

Niños desconectados

“Desde el inicio de la pandemia, una de nuestras principales preocupaciones ha sido la de garantizar el acceso a este derecho a la infancia y adolescencia en las comunidades donde trabajamos. En España, hemos proporcionado ayudas para la conectividad y dispositivos electrónicos a cerca de 2.000 menores”, afirma Alberto Casado, directivo de Ayuda en Acción. El alumnado de España que vive en contextos de vulnerabilidad no es ajeno a esta problemática. El Ministerio de Educación señalaba en marzo que 1 de cada 10 alumnos y alumnas carecían de Internet en sus hogares.

Ayuda en Acción recuerda que la brecha digital es un problema más complejo de lo que parece. No solo atañe a la falta de acceso a Internet o a dispositivos adecuados, sino también a la aplicación de las nuevas tecnologías en el proceso formativo.

En este sentido, la ONG ha realizado un estudio para conocer el nivel de digitalización de más de una treintena de colegios e institutos en España. El informe arroja resultados desalentadores. Así, el 62% del alumnado no es capaz de trabajar con documentos en red o adjuntar archivos a un correo electrónico. Esta cifra alcanza al 91% de los padres y madres. Además, solo el 12% de los colegios e institutos encuestados tenía un aula de informática bien dotada o suficientes ordenadores y tabletas para el uso del profesorado.

Escuelas resilientes como solución

“La educación es la herramienta más importante para romper el círculo de la pobreza. Si queremos que los niños, niñas y adolescentes en vulnerabilidad tengan más y mejores oportunidades tenemos que poner el foco en combatir el abandono y el fracaso escola”, destaca Casado.

El reto: construir escuelas resilientes

Ayuda en Acción reivindica en el Día Universal de los Derechos de la Infancia la construcción de escuelas resilientes, capaces de responder a crisis como la de la COVID-19 y que garanticen la continuidad del proceso educativo de todo el alumnado. Este modelo está basado en cuatro características fundamentales que aportan las bases para el logro de una educación de calidad no solo para el alumnado, sino para toda la comunidad educativa. Las escuelas han de ser inclusivas, libres de todo tipo de barreras, seguras y conectadas. La organización lleva años implementando este modelo en todo el mundo, también en España, donde este año ha puesto en marcha el proyecto Escuelas Digitales Resilientes para apoyar a colegios e institutos en su proceso de transformación digital y fortalecer habilidades en el ámbito psicoafectivo para que sepan cómo afrontar los desafíos.