¿Cómo saber si mi hijo es un cyberbully o acosador?

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Comienza un nuevo curso. Año nuevo. Amigos nuevos. Teléfonos nuevos para algunos. Ordenadores o tablets para otros. Los más pequeños tienen su primer móvil. Muchos de ellos se adentrarán en el ciberespacio sin prácticamente ninguna defensa ante el ciberacoso y otros riesgos mucho mayores como la pederastia o el chantaje.

Otros niños, independientemente del software de seguridad que tengan instalado en sus móviles u ordenadores, sufrirán acoso escolar o cyberbullying. Otros tantos, en número mucho mayor, serán acosadores activos o pasivos (reírse de lo que hacen otros también es acoso).

Tanto es así, que en varias publicaciones se comenta que entre un 5% y un 10% de todas las conversaciones que se producen en redes sociales entre adolescentes contiene mensajes que podrían ser identificados como cyberbullying.

Además, uno de cada cuatro casos de acoso escolar se comete a través de alguna plataforma digital como Whatsapp, Instagram o Facebook. Por tanto, nos guste o no, hay un gran porcentaje de posibilidades de que nuestros hijos sean acosados o acosadores.

¿Víctima o acosador?

La mayoría de los padres teme que alguno de sus hijos pueda ser víctima del cyberbullying. Pero muy pocos son los que se paran a pensar si hay alguna posibilidad de que sean los acosadores. Es de vital importancia que los padres auditemos absolutamente todo lo que hacen nuestros hijos en los entornos virtuales. Así y solo así nos evitaremos disgustos que se evitan con un control rutinario”, advierte Hervé Lambert, Global Consumer Operations Manager en Panda Security.

¿Cómo saber si mi hijo es un cyberbully?

En muchas ocasiones, los niños y los adolescentes ni siquiera son conscientes de que ciertas actitudes pueden ser consideradas como acoso. Por ello, no hay que mirar el teléfono o el ordenador de los menores de una forma inquisitiva. La auditoría de sus dispositivos tiene que entenderse como parte de las rutinas educativas que los padres tienen con sus hijos. Al igual que hay que preguntarles a la vuelta del cole si tienen deberes, hay que mirar en su móvil con total normalidad.

Debemos enseñar a nuestros hijos que subir o compartir contenido a las redes sociales en los que se mofan de otro niño, porque ‘como son graciosos, obtendrán muchos “likes“, es una actitud totalmente inaceptable.

En este sentido, es crucial mirar además de los ‘muros’ o ‘timelines’ de las redes sociales, las conversaciones privadas y en grupo. No debe hacerse como si se estuviera espiando el dispositivo del menor, sino como parte de su formación, debe ser algo similar a “preguntarle la lección para ver si se sabe bien el examen del día siguiente”.

Los videojuegos, una fuente potencial de ciberacoso

Todos los dispositivos conectados a Internet en los que los niños puedan hablar con otros chicos de su edad pueden albergar algún tipo de acoso. Los videojuegos no son una excepción. De hecho, son una importante fuente de acosos porque los padres desconocen, en muchas ocasiones, que los menores pueden vejar a otros por no ser tan hábiles en el juego como otros, o simplemente, pueden organizar partidas entre varias personas para humillar a otra.

Image Credits: Shutterstock