Los bancos de alimentos necesitan tu ayuda

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banco de alimentos

La alimentación es la base de la pirámide de necesidades de cualquier persona, pero, lamentablemente, no todo el mundo tiene cubierta esta necesidad básica. Para tratar de paliar este problema, nacieron, a finales de los años 60, los Bancos de Alimentos, con el objetivo de resolver el hambre y combatir el desperdicio. Así lo cuenta Fundación Mutua Madrileña en su blog de los Premios al Voluntariado.

Los Bancos de Alimentos son organizaciones sin ánimo de lucro que funcionan como cualquier organización o empresa, es decir, trabajan por ser rentables y administrar sus recursos de la forma más eficiente y eficaz. En España, desde 1996, estas entidades se constituyen como la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL), que reúne a 55 Bancos de Alimentos, uno al menos en cada provincia del territorio nacional. La misión de esta federación es la coordinación de las actividades de los Bancos de Alimentos y representarlos ante los organismos centrales del Estado y los de la Unión Europea para facilitarles todas las ayudas.

Los alimentos que recogen estos Bancos, proceden de particulares, pero, sobre todo, de las donaciones y aportaciones de las empresas del sector de la distribución, que suelen tener grandes excedentes y, gracias a los acuerdos alcanzados con la Federación, suelen hacer generosas donaciones.

Para garantizar la fiabilidad y que los recursos llegan a su destino correctamente, los alimentos no se reparten directamente a personas particulares, sino que se distribuyen a través de las entidades asistenciales y de ayuda social reconocidas por las administraciones.

Buscan voluntarios

Los Bancos de Alimentos se nutren de voluntarios para tratar de solucionar esa necesidad básica. Colaboran desinteresadamente con acciones determinadas para ayudar a los más desfavorecidos. Gracias a su solidaridad, como reconoce la propia federación, se convierten en el alma y el sostén del proyecto.

Puesto que lo importante es ayudar al prójimo, cada uno puede colaborar en función de sus posibilidades, es decir, cada voluntario adapta su tiempo a lo que puede aportar. Los voluntarios pueden ser estables, es decir, que colaboran de forma fija y presencial unos días concretos; o eventuales, o sea, los que participan en acciones determinadas, como en recogidas o la famosa operación kilo.

También el voluntariado se puede realizar desde casa si no se dispone de tiempo para asistir personalmente. Son los denominados microvoluntarios, personas que se encargan de gestionar la publicidad, la comunicación y el márketing, entre otras tareas que te robarán muy poquito tiempo al cabo de la semana.
En definitiva, cualquier tipo de ayuda es bien recibida, así que… ¿te animas a colaborar?